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- Autore
- Vladislav Ternovsky
- Pubblicazione
- 25/04/2019
- Categorie
En varios días cuando ya nos movimos a otro, no tan piso del semisótano exclusivo, me devolvió algunos documentos, por lo visto, el matrimonio certficate, métrica de niños y el más importante — el libro de ahorros donde salvamos ciento tres, no es menos. El dinero es pequeño, pero en ellos era posible agarrar algún tiempo, comprar productos por transferencias a Volodya. A veces con niños, a veces un, habiéndome ido menshenky al vecino, durante horas estuve de pie en vueltas, pero cuando pasado transferencia, corrí a casa alegre, casi feliz como si lo viera, habló.
Entendí si la transferencia aceptada, tan está vivo, así hay una esperanza. Después de ejecuciones ni las cartas, ni las transferencias no tomaron. Lo sabía definitivamente.
Y una vez se negó a mí. Corrí sobre de una ventana al otro, pedido decir la verdad, deje al más terrible, y en todas partes se encontró con un vistazo frío, indiferente: "Potapeyko no aparece …"
Varias semanas hicieron el camino en la recepción a algún jefe — nadie quiso dirigirse a mí. Entonces decidido para usar astucia: vino a una entrada de la oficina a la Intendencia de la gente para Asuntos internos de madrugada y comenzó a mirar al jefe del departamento — su apellido a mí en la más absoluta confianza fue dicho por la novia de la oficina del fiscal.
Habló conmigo cortésmente, aunque vigilantemente, precipitado. Relatado lo principal: "Vaya a Mogilev, al asilo lunático".
… En e
Entendí si la transferencia aceptada, tan está vivo, así hay una esperanza. Después de ejecuciones ni las cartas, ni las transferencias no tomaron. Lo sabía definitivamente.
Y una vez se negó a mí. Corrí sobre de una ventana al otro, pedido decir la verdad, deje al más terrible, y en todas partes se encontró con un vistazo frío, indiferente: "Potapeyko no aparece …"
Varias semanas hicieron el camino en la recepción a algún jefe — nadie quiso dirigirse a mí. Entonces decidido para usar astucia: vino a una entrada de la oficina a la Intendencia de la gente para Asuntos internos de madrugada y comenzó a mirar al jefe del departamento — su apellido a mí en la más absoluta confianza fue dicho por la novia de la oficina del fiscal.
Habló conmigo cortésmente, aunque vigilantemente, precipitado. Relatado lo principal: "Vaya a Mogilev, al asilo lunático".
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